Traducido por: Mariela Pérez-Sepúlveda
Pueden leer el artículo en ingles aquí.
A pesar de asistir a numerosos talleres de Carreras para Doctorados, incluso de organizar los míos propios, sabía que quería ser profesora. Estaba emocionada por escribir, ser mentora, administrar un laboratorio e impulsar la ciencia académica. Pero como fitopatóloga molecular, en cada trabajo que deseaba tener, había un pequeño requisito por el cual no cualificaba: “experiencia postdoctoral”. La investigación postdoctoral es el limbo, la posición temporal entre obtener un doctorado y un puesto más permanente. Es una oportunidad para aprender nuevas habilidades, trabajar en un nuevo lugar y emprender nuevos proyectos, mientras se prepara para el siguiente paso profesional.
Entonces, ¿cómo te inscribes para ser un postdoctorado? A diferencia de la jornada de la escuela de medicina, donde los recién graduados son "matched" (sistema simultaneo para asociar doctores a ocupar un puesto de posgrado de preferencia) a programas de residencia después de convertirse en médicos, encontrar un puesto de posdoctorado no tiene un proceso claro. Comencé a hacer hojas de cálculo para incluir laboratorios de los que había leído artículos, estados o países en los que quería vivir e investigadorxs que había conocido y con lxs que me podía ver trabajando. Hablé con personas recién graduadxs para ver cómo navegaban por la caja negra de encontrar el puesto de posdoctorado correcto, que resultó ser a través de una mezcla de correos electrónicos fríos, y solicitar para puestos anunciados. Pensé en las técnicas que quería aprender y en la mejor forma de posicionarme para ser competitiva para futuras solicitudes de empleo para profesorxs. Mi investigación de posgrado fue el estudio de genes de resistencia y proteínas efectoras en patógenos vegetales y otras simbiosis bacterianas. ¿Quería continuar con eso o hacer otra cosa?
En última instancia, el factor limitante al buscar un puesto postdoctoral es el dinero: ¿el laboratorio tiene fondos para respaldarte? Si bien esto parece que te restringe a laboratorios que constantemente anuncian puestos vacantes, ese no es necesariamente el caso. Las becas, la rotación de laboratorios y las subvenciones pendientes pueden hacer posible obtener un trabajo de posdoctorado en un laboratorio sin vacantes. Teniendo eso en cuenta, al comienzo de mi último año de la escuela de posgrado, me comuniqué con los dos laboratorios en los que estaba más interesada en trabajar, expresando mi interés. Elegí estos laboratorios porque la investigación era tangencial a mi experiencia, pero me enseñaría nuevas habilidades y porque me gustaba la idea de vivir donde estaban ubicados. También había conocido a ambxs profesorxs brevemente en persona, así que tenía una idea de cómo interactuaba con ellxs. Este es un buen momento para mencionar que asistir a conferencias y establecer contactos de manera virtual puede hacer que la búsqueda de empleo sea mucho más fácil.
Debido a mi aspiración profesional, estaba interesada en solicitar becas para financiar mi trabajo postdoctoral. Las becas no solo muestran tus habilidades para otorgar subvenciones, sino que también te brindan la flexibilidad de trabajar en el laboratorio que deseas y en tu propio proyecto, en lo que sientas las bases para futuras subvenciones y solicitudes a puestos docentes. Comencé a buscar becas relevantes, a las que pudiera solicitar, para los dos laboratorios que me interesaban. Comenzar temprano en esto es importante, así como saber que los ciclos de subvenciones varían en diferentes países. Uno de los laboratorios que me interesaba, estaba en el Reino Unido y me había perdido muchos de los períodos de solicitud de becas en Reino Unido y EE. UU. a los que me hubiera resultado más beneficioso presentar una solicitud. Entonces, me enfoqué en el laboratorio en Arizona y solicité una beca del USDA sobre interacciones entre bacterias, hongos y plantas.
No obtuve la beca. ¡Pero aún así me ofrecieron un trabajo para ese laboratorio! En el transcurso de trabajar en la aplicación y esperar una respuesta, resultó que el dinero estaría allí para contratarme por un año. Si bien un contrato de un año es un poco arriesgado, decidí aceptarlo y sabía que me concentraría en solicitar becas y ayudar con la redacción de subvenciones, una habilidad que quería desarrollar de todos modos. Una de las cosas por las que me sentí más agradecida al tomar mi decisión fue la oportunidad de tener una entrevista en persona donde me llevaron en avión a Tucson para ver el espacio, conocer la comunidad e interactuar más con mi futurx jefx. Si esto no fuese posible debido a limitaciones económicas o de viajes, las interacciones virtuales pueden ser muy útiles para determinar si esta es la posición y el entorno adecuados para tu trayectoria profesional.
Ahora, solo llevo cuatro meses en mi puesto de posdoctorado en la Universidad de Arizona y todavía me estoy adaptando, especialmente después de haberme mudado durante una pandemia. Definitivamente, encontrar una comunidad ha sido complicado en el mundo virtual que todos ocupamos, pero estoy llenando el vacío manteniéndome en contacto con amigxs postdoctorales (y no-posdoctorales) en diferentes partes del país. En particular, tener una posición postdoctoral omite el paso de ser activamente asesoradx como sucede con unx nuevx estudiante subgraduadx o graduadx, por lo que tengo que hacer muchas preguntas para encontrar cosas y se necesita un poco más para concentrarme. Pero con la libertad viene la capacidad de trabajar en los conjuntos de habilidades que quiero y poner mi energía en los proyectos que encuentro más interesantes y satisfactorios. Recientemente me dijeron que la escuela de posgrado termina en un título, pero un posdoctorado termina en un trabajo; en última instancia, sé que estoy en un lugar de apoyo que me ayudará a conseguir el trabajo que deseo.
Obtenga más información sobre la trayectoria de la Dra. Morgan Carter aquí.
Comments