Las Naciones Unidas estimó en 2019 que la población mundial aumentaría por 2 billones en el 2050. Para poder alimentar este crecimiento demográfico, la Organización de Alimentación y la Agricultura determinó que sería necesario aumentar la producción agrícola por 70 porciento. Además, el Censo de Agricultura encontró que los agricultores estadounidenses tienen 58 años o más y la cantidad de personas jóvenes en la agricultura continúa disminuyendo. El suministro de alimentos es entonces incierto debido a la falta de personas que sustituyan a los agricultores que se jubilan. El desinterés de las generaciones más jóvenes por la agricultura se atribuye a la percepción social de que los agricultores carecen de desarrollo profesional y calidad de vida [1]. La desconexión de los procesos, lugares y personas de donde provienen los alimentos es también otra razón por lo que el interés por la agricultura continúa disminuyendo en los jóvenes [2, 3]. Por lo tanto, discutimos en este artículo que para ayudar a la demanda en el suministro de alimentos y comprender la importancia de la agricultura, primero debemos cambiar los conceptos erróneos al educar la próxima generación.
En los Estados Unidos, programas como Beginning Farmer and Rancher Development y National Young Farmers Coalition están tratando de mejorar la sostenibilidad de la próxima generación de agricultores ofreciendo educación a través de capacitación, extensión o tutoría. Sin embargo, la implementación de huertos escolares se ha considerado un enfoque mundial para influenciar los conocimientos, actitudes y preferencias alimentarias de los niños en los países de ingresos bajos y altos [4]. Investigaciónes también han encontrado que dichos programas de jardinería son una respuesta a los desafíos sociales, nutricionales y económicos en las comunidades urbanas de Estados Unidos [5]. Además, se ha demostrado que los comportamientos alimentarios de los niños se ven muy afectados por el modelaje de sus padres o cuidadores, ya que la mayoría de las comidas se comen es en la casa en lugar de la escuela [6]. Los datos han demostrado además que, a través de una combinación de experiencia práctica en jardinería y educación nutricional tanto en la escuela como en el hogar, puede influir la perspectiva de los niños sobre el consumo e interés por alimentos más saludables [5]. Por consecuencia, esto sugiere que el papel de un padre o un cuidador es crucial para la experiencia de la próxima generación con la agricultura.
La iniciativa de Kale Mamá en Puerto Rico es un ejemplo extraordinario de lo que los padres pueden hacer cuando se comprometen a educar e inspirar a la próxima generación en agricultura. Todo comenzó en 2015, cuando las co-fundadoras Elena Mercedes Rodríguez y Lauren Danner buscaron conectar a sus hijos con la naturaleza y la agricultura a través de la experiencia práctica de la jardinería. Luego desarrollaron talleres y documentos PDF que van desde encontrar e identificar insectos hasta crear abono y usar los pétalos de una flor para determinar el pH. Estas actividades promueven activamente el amor y el respeto por la naturaleza, pero también demuestran el arduo trabajo que implica producir los alimentos que comemos. Escuelas, restaurantes, huertos establecidos, mercados de alimentos y otras iniciativas han abierto sus puertas a Kale Mamá para colaborar.
Uno de sus mayores logros ha sido recibir las Donaciones Ambientales 2019 de Ford. Este financiamiento le ha permitido a Kale Mamá crear jardines polinizadores que educan al público en general en todo el sector oeste de Puerto Rico. A pesar de los tiempos de COVID-19, la iniciativa se ha mantenido viva gracias al cuidado de los jardines personales de las co-fundadoras, pero también mediante el uso de sus fondos del premio Ford para distribuir kits de jardinería para principiantes.
De izquierda a derecha: Lauren Danner y Elena Mercedes Rodríguez recibiendo el 2019 Premio de Donaciones Ambientales de Ford.
Como parte de nuestra entrevista con Kale Mamá, la co-fundadora Elena Mercedes Rodríguez nos dio algunas palabras de sabiduría sobre cómo los padres o cuidadores pueden comenzar a involucrar a sus hijos en la jardinería y en la agricultura:
1. Ninguna actividad es demasiado sencilla para empezar a aprender sobre agricultura.
Algunos padres pueden pensar que no hay suficientes formas de conectarse con la agricultura. Sin embargo, llevar a sus hijos a un mercado de alimentos local puede ser un gran paso para aprender de dónde provienen los alimentos. Esto también promueve que los niños creen conexiones con los agricultores, coman productos locales y de temporada y comprendan también el valor de los alimentos y las personas que los producen. A largo plazo, esto ayuda a los niños a pensar en preguntas importantes como: ¿Cómo afecta el calentamiento global a la agricultura? ¿Por qué las abejas son los polinizadores más importantes en la agricultura?
De izquierda a derecha: Lauren y Elena inspirando al público en general con jardinería y recetas en el Mercado de Agricultores de Aguadilla en Aguadilla, Puerto Rico.
2. Tener un jardín no es la única forma de conectarse con la agricultura.
Vaya al parque o vecindario más cercano para caminar con sus hijos. Allí, todos pueden intentar identificar las flores, los insectos y los árboles. ¿No sabes cuáles son? Piense en ello como un juego de detectives y tome una foto para descubrir lo que vio más tarde en casa. A partir de ahí, puede discutir con sus hijos cosas como: ¿Por qué crecen esas plantas o insectos en el lugar donde vive? ¿De dónde proceden originalmente? Todos estos pasos son vitales para comprender cómo la naturaleza es fundamental para que la agricultura prospere.
3. Si desea comenzar un jardín, use semillas de girasol.
Los girasoles crecerán rápidamente y brotarán casi siempre. Esto les da a los niños una sensación de recompensa, pero también les proporciona varias actividades. Algunas de estas actividades son: cultivar los pétalos de la flor y usarlos como tinte, comer semillas de girasol, dejar las semillas como alimento para pájaros o animales o replantar las semillas. Esto ayuda a los niños a comprender el ciclo completo y el proceso de lo que constituye el cuidado de una planta y ver cómo crece. Los niños también pueden apreciar lo que los agricultores hacen por ellos todos los días y quieran entonces cuidar otras plantas que son más desafiantes.
Niños en un taller de Kale Mamá rompiendo girasoles y separando las semillas del interior de la flor.
Si hay algo que todos podemos aprender de Kale Mamá es que no importa cuán pequeña sea la iniciativa, siempre pueden hacer la diferencia en la educación y el cambiar las perspectivas del público en general y de los niños sobre la importancia de la agricultura.
Para obtener más información sobre Kale Mamá, visite:
Sitio Web: https://kalemamatalleres.com
Instagram: @kale_mama
Twitter: @kale_mama
Referencias:
1) Wachenheim,C; Rathge,R.2000. Societal Perceptions of Agriculture, Agribusiness and Applied Economics Report No.449
2) Feenstra, G.2002. Creating space for sustainable food systems: Lessons from the field. Agriculture and Human Values, 19 (2) 99-106.
3) Aphunu, A., and C. N. Atoma. 2010. “Rural Youths’ Involvement in Agricultural Production in Delta Central Agricultural Zone: Challenge to Agricultural Extension Development in Delta State.” Journal of Agricultural Extension. 14 (2): 46–55.
4) Schreinemachers P, Baliki G, Shrestha RM, Bhattarai DR, Gautam IP, Ghimire PL, Subedi BP, Brück T. 2020. Nudging children toward healthier food choices: An experiment combining school and home gardens. Glob Food Sec.26: 100454. doi: 10.1016/j.gfs.2020.100454. PMID: 33324538; PMCID: PMC7726313.
5) Smith, L.2001. The integration of a formal garden curriculum into Louisiana public elementary schools. Retrieved from http://etd.lsu.edu/docs/available/etd-0604103- 151157/unrestricted/Smith_thesis.pdf
6) Scaglioni, S., De Cosmi, V., Ciappolino, V., Parazzini, F., Brambilla, P., Agostoni, C.2018. Factors influencing children’s eating behaviours. Nutrients. 10 (6), 706.