De la incertidumbre a la aventura, de lo macro a lo micro, del desafío al triunfo, el camino de Emma en las ciencias es uno audaz.
La Dra. Emma Hernández-Sanabria es una investigadora de postdoctorado en el Instituto Flamenco de Biotecnología (VIB) en Lovaina, Bélgica. Allí, está estudiando cómo utilizar un sistema fuera de un organismo vivo, también conocido como in vitro, que simula el ecosistema del colon humano. Emma tiene alrededor de diez años de experiencia trabajando y explorando el microbioma gastrointestinal de los rumiantes y los seres humanos. El proyecto doctoral de la Dra. Hernández-Sanabria se enfocó en el estudio del microbioma de los rumiantes, y cómo se relaciona con eficiencia energética, ganancia de peso, y otros parámetros en bovinos para producción de carne.
Los comienzos de Emma en su ciudad natal
Natural de Querétaro, México, Emma expresa que siempre ha estado interesada en los rumiantes. Por tres generaciones, su familia tenía vacas lecheras. Emma se ríe diciendo: "...es un cliché. Pero a muchos veterinarixs les preguntan porque estudian veterinaria y la respuesta suele ser “Porque me gustan los animales”. En realidad, así fue para mi.”
Tanto así, que Emma decidió cursar un grado en medicina veterinaria en la Universidad Autónoma de Querétaro. Durante esa experiencia, ella tuvo la oportunidad de convertirse en médico veterinario zootecnista, pero le interesó más aprender sobre fisiología animal. Cuando comenzó a hacer sus prácticas en los sistemas de producción de los bovinos lecheros, Emma encontró intrigante conocer que los rumiantes pueden ingerir algunos materiales que no son digestible para los seres humanos, o inclusive para otros animales, y luego convertirlo en energía y productos comestibles como carne y leche. De ahí, Emma encontró un nuevo interés: la nutrición animal.
Con su nuevo interés, Emma empezó su aventura en el extranjero
Ella estaba dirigida por su interés en cómo modular y modificar el proceso de balancear una ración de comida para un rumiante de modo que pueda producir más carne o leche. Emma fue aceptada en el programa de maestría en nutrición y producción animal en la Universidad de Aberdeen en Escocia. Sin embargo, justo antes de comenzar sus estudios, Emma se enfrentó a una situación inesperada y aterradora:
“Cuando llegué por primera vez a Aberdeen, estuve a punto de ser deportada. La oficial de aduanas no estaba convencida de la validez de mi programa auto-financiado y de los documentos correspondientes. Recogió mi pasaporte y me dijo que regresaría a México en dos días.”
Afortunadamente, el equipo de orientación y la coordinadora de la Oficina de Estudiantes de la Universidad de Aberdeen ayudaron a resolver el problema. Emma estaba emocionada en comenzar sus estudios.
Emma estaba inmersa en cursos fascinantes durante su MSc y se encontró aún más motivada cuando inició su proyecto de tesis en el Instituto de Ciencias Biológicas, Ambientales y Rurales (The Institute of Biological, Environmental and Rural Sciences (IBERS)) en la Universidad de Aberystwyth en Gales. Ahí, Emma estuvo trabajando por primera vez con un sistema in vitro que simula el rumen bovino conocido como RUSITEC (Rumen Simulation Technique). Durante cuatro meses, ella experimentó con este fascinante y complejo sistema.
“Logré entender todos los mecanismos para recrear interacciones en el ambiente del rumen, aprendí cómo inocular las bacterias en este sistema. Disfruté muchísimo ver como dos sistemas como el rumen y las comunidades microbianas asociadas colaboran.”
Cuando Emma estaba en la escuela de Veterinaria, su profesor de nutrición animal les explicó: “Cuando estás balanceando una ración para rumiantes, tienes que pensar en el sistema de los mamíferos y en el sistema microbiano.” Emma nunca lo pudo percibir tan claramente como cuando estuvo trabajando con el RUSITEC.
Explorando el mundo microbiano, un mundo invisible a simple vista
Advertencia: Acoso s****l
Emma quiso perseguir su curiosidad sobre estos sistemas bovinos y las comunidades microbianas asociadas a ellas y buscó una oportunidad a cursar un grado doctoral. Emma regresó al continente americano a comenzar su nuevo capítulo en la Universidad de Alberta,en Canadá. Aquí, ella pudo observar las interacciones microbianas y a la vez, interactuar directamente con los animales en la granja comercial de la Universidad.
“Poder relacionar todos estos parámetros microbianos, como sus abundancias y como interactúan entre sí, con los parámetros productivos de los animales que son importantes en granjas industrializadas, fue realmente motivante. En fin, entender el impacto directo de estas interacciones microbianas.”
Estudiar el microbioma del rumen no ha sido un límite para Emma. El microbioma del sistema gastrointestinal humano, el cual tiene algunos paralelos al rumen, le parece fascinante. “Al final, somos mamíferos. Entonces, muchas interacciones microbianas son comunes. Es un tema del que todavía hay muchísimo por estudiar y nos falta todavía información; sin embargo las técnicas ómicas y la metagenómica nos han ayudado a entender mejor ambos sistemas.”
La tenacidad y el entusiasmo de Emma por estudiar estos sistemas microbianos se demostraron a través de su logro al convertirse en doctora. Sin embargo, Emma enfrentó situaciones durante su primer año que, lamentablemente, no son infrecuentes. Emma trabajó con un asesor muy exigente y extenuante. Empezaba a sentirse enferma, en gran parte debido al exceso de trabajo. “A veces trabajaba de 6 am a 6 pm todos los días de la semana. No pensé que fuera justo ". Además, Emma fue acosada sexualmente por este profesor. No hubo acción a nivel administrativo en la universidad.
“Me permitieron cambiar de supervisor, pero él no fue considerado responsable. Desde que estuve allí hasta ahora, ha crecido y se ha convertido en profesor titular. Creo que es injusto pero bastante común."
Emma también pudo comenzar de nuevo su proyecto de investigación, sin tener en cuenta los datos que producía antes, y en ese momento, fue suficiente. Pero ahora, reconoce lo insegura que es esta práctica de ignorar estos problemas y la falta de responsabilidad.
“Creo que muchas universidades abordan estos problemas de esta manera. Lo barren debajo de la alfombra. Las mujeres que están comenzando sus carreras profesionales, tienen que ser conscientes y luchar y mantenerse firmes. Cuando tienes una red de apoyo, es mucho más fácil lidiar con el problema."
De vuelta a Europa
Como Emma ha mencionado anteriormente, los sistemas gastrointestinales en animales son similares al humano. Inclusive, independientemente del sistema, ella ha logrado aprender de interacciones en ecosistemas microbianos formados por comunidades bacterianas. Por este motivo, sus habilidades tienen múltiples aplicaciones.
Luego de seis años en Alberta, Emma sentía que necesitaba un cambio de ambiente, y quería diversificar su preparación, para buscar otras oportunidades. Se presentó una posición en la Universidad de Gantes para estudiar el microbioma de un área nueva para ella, la cavidad oral del ser humano. “Era otra área, pero era una oportunidad de aprender. Todos los procesos digestivos empiezan ahí.” El proyecto se enfocaba específicamente en la microbiota oral durante periodontitis, también conocida como la enfermedad de las encías, y explorando los cambios fisiológicos y microbianos que ocurren en este ambiente.
El rol de Emma en este proyecto era clave ya que su experiencia en fisiología microbiana, ecología microbiana y veterinaria la ayudó juntar a los odontólogos enfocados en la patología y a los ecólogos microbianos enfocados en el ambiente. Le encantó trabajar con un equipo interdisciplinario.
“Ese es el futuro de la investigación. Encontrar equipos que sean multidisciplinarios para en realidad tener una visión mucho más completa de lo que es un proyecto.”
Aun en la Universidad de Gante, Emma trabajó otros microbiomas ambientales. Por ejemplo, ella estudió el microbioma del sustrato que se utiliza en los invernaderos para el cultivo de hortalizas, principalmente tomate. También inició a trabajar con bacterias del intestino humano y hasta bacterias que degradan hidrocarburos cuando existe un derrame de petróleo. Más adelante, trabajó con bacterias que habitan construcciones y otras que se utilizan para producir productos industriales como ácido caproico. Las destrezas adquiridas en distintos lugares, temas e inclusive equipos de trabajo, enseñaron a Emma a convertirse en una investigadora versátil y flexible.
Una de las experiencias más gratificantes para Emma fue la oportunidad de ser mentora de cuatro estudiantes de bachillerato, cinco de maestría, y uno de doctorado.
“De todas las experiencias pasadas, el saber que hay chicxs con el interés y pasión por el mismo tema y ganas de continuar haciendo posgrado en el mismo ámbito, me dio mucha satisfacción. Es muy grato dar consejos científicos y a nivel personal, como ayudarles a identificar situaciones donde pueden balancear mejor el “work/life balance”.”
Durante ese periodo, Emma trabajó con el microbioma gastrointestinal del humano utilizando un sistema in vitro que simula colon humano. Con eso, estuvieron estudiando el efecto de distintos compuestos antiinflamatorios, como el celecoxib, la aspirina y el sulindac utilizados en la prevención y tratamiento de la inflamación en el cáncer de colon. A partir de octubre de 2019, Emma se encuentra trabajando en el VIB.
Próximas metas de Emma y lo que piensa del futuro de la agricultura
Emma quisiera tener su propio grupo de investigación y ser mentora pero a un nivel distinto. Ella sabe que su preparación, género y experiencia en diversos campos la ayudaría a aportar bastante al campo de microbioma. “Probablemente regrese al campo de producción animal o al tema de la microbiota intestinal de rumiantes.”
En cuanto al futuro de la agricultura, Emma piensa:
“Los sistemas de producción agrícola ya no son sostenibles. Se deben desarrollar otras alternativas, hay bastante campo todavía por explorar. Yo pienso que debemos enfocarnos en producciones más pequeñas, pero con estrategias más personalizadas.”
Cuando menos lo esperas, te ha acechado
Emma no ha estado exenta del agotamiento, también conocido como en inglés como “burnout”. Emma no se había dado cuenta de que no se estaba cuidando del agotamiento hasta que pasó por dos situaciones dificiles: (1) en su entrevista para solicitar la ciudadanía belga, tuvo lapsos donde se quedó en blanco y (2) se estaba durmiendo durante una reunión.
“Ese fue el “breaking point”. Yo había dormido como tres horas en una semana. Con el “burnout”, tienes problemas para concentrarte, dormir, pensar, recordar cosas. Hasta se me olvido el holandés totalmente. Es horrible.”
Luego de esto, Emma no fue capaz de trabajar durante cuatro meses.
Publicado en mayo de 2020, Emma escribió un artículo titulado "¿Todavía eres un postdoc? Cómo se cruza mi identidad científica con mi estatus de inmigrante" ("Are You Still a Postdoc? How My Scientific Identity Intersects with My Immigrant Status" en inglés). “Lo escribí porque los primeros meses del encierro fueron muy difíciles para mí. Empecé a cuestionarme a mí misma, todo lo que estaba pasando y todo lo que estaba haciendo con mi vida. Estaba pensando "todas estas cosas que he hecho son tan insignificantes porque a nadie le importa". Pero Emma pensó que necesitaba una forma de procesar eventos pasados y dar paso a la sanación.
“Necesitaba ponerlo por escrito y publicar toda mi experiencia. Decidí escribir el artículo y fue increíble ver la respuesta de otras personas con experiencias similares."
Otras pasiones
¡Emma es una orgullosa mamá de dos chinchillas! “¡Están tan mimados! ¡Los amo! Mi terapista me recomendó adoptar una mascota, para enfocarme en otra cosa, no solo en mí." A Emma también le encanta hornear.
“Me gusta la pastelería porque es un poco más científica que cocinar. Cuando estás horneando una torta, tienes que ser mucho más específica y más exacta con las proporciones que cuando estás cocinando.”
Le encanta viajar y la naturaleza tanto que disfruta de su viaje diario de dos horas en el tren que le permiten apreciar la naturaleza en su camino. Emma disfruta de “sci-comm” e interactuar con la gente, especialmente en Twitter.
“He logrado crecer como científica y como mujer”
Según Emma, ser parte de una minoría en las ciencias, es una ventaja y una desventaja. “Como minoría siempre tienes que esforzarte más, y necesitas mucho más impulso y motivación. Tienes que acostumbrarte a ser resiliente y sobreviviente.” Sin embargo, Emma ha logrado sobrepasar adversidades al igual que romper el techo de cristal.
"Di lo que quieres decir. Di lo que piensas. No tengas miedo. Puede ser muy difícil porque cuando eres joven, a veces te sientes intimidadx de decir lo que piensas. Pero busca apoyo y mantente a salvo. Pon tu pie en contra de cualquier injusticia que ves. Algunas personas se sorprenderán o incluso se van a enojar, pero no debes retroceder."
Puedes encontrar a Emma en Twitter.